La Argentina del revés

A las siete de la tarde Facundo, un oficial de policía, se encuentra en la esquina de un antiguo quiosco del barrio porteño de Barracas, en la intersección de las calles Luzuriaga y Santo Domingo, con su uniforme, vigilando las cuatro cuadras que le corresponden.

Facundo es un hombre de 29 años, estatura media y piel morena, y según cuenta, desde pequeño tuvo en su cabeza ser policía, aunque seguramente sin tener en cuenta todas las injusticias que debería vivir en su profesión.

- ¿Cómo creés que se valora hoy en día el trabajo del policía a nivel social?

“La realidad es que no se valora, a veces la gente nos maltrata mucho y no se dan cuenta que uno está entre ocho y doce horas en la calle expuesto a que nos pase cualquier cosa, y estás solo para custodiar cuatro o cinco cuadras. La gente cree que podemos manejar absolutamente todo lo que pasa en las cuadras y no es así”.

- ¿Qué sienten ustedes como personas y como trabajadores cuando parte de la sociedad los mete a todos en la misma bolsa en temas de corrupción, abuso de autoridad y demás?

“Me siento muy mal porque están denigrando a la profesión, y la gran mayoría de nosotros te puedo asegurar que no hace nada de eso, no comparto para nada esa generalización que se hace a veces, me parece muy injusto”.

- ¿Notaste algún cambio en la fuerza policial con el cambio de gobierno de Cristina al actual de Macri?

“Para mí fue para peor, por el tema de cambio de fuerza, yo por ejemplo era de la federal y me pasaron a la policía de la ciudad, después nos juntaron con metropolitana. Además, nunca nos capacitaron para estar nivelados y dan funciones exigentes a gente que no capacitaron para eso”.

Al momento de consultarle sobre un hipotético enfrentamiento entre un policía y un delincuente y las consecuencias legales que eso conllevaría, Facundo se expresó totalmente indignado y dando ejemplos vividos por él mismo: “Estoy 100% seguro de que ellos tienen muchos más derechos que nosotros, y ellos lo saben, en la calle se dan cuenta, y por eso a veces se pasan de la raya. Saben que los apañan.”

“Acá a las banditas, un día los agarrás, los demoran y a las horas están saliendo, sobre todo los menores. Lo agarrás estás todo el día haciendo el papeleo, lo llevás al instituto de menores y antes de llegar ya están los padres para sacarlo, pasa siempre eso. Así no se soluciona nada, son impunes”.

En la misma línea de su argumento y para rematar dio su punto de vista para que mejore la seguridad comentando que “sobre todo le daría más autoridad a la policía, porque el respeto que se le tenía la fuerza y a los oficiales se perdió hace mucho”.

Por Franco De Simone.